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sábado, 31 de agosto de 2019

Nueva edición de la tertulia Da igual

Tertulia Da igual

Según el Génesis  bíblico en el principio era el verbo y el verbo era Dios, por tanto la palabra es poderosa y aún en boca de los mortales contiene los atributos de la divinidad. La palabra es el todo, el ladrillo fundamental con que se construye el universo.  Puede ser oficialista, coloquial y hasta soez, pero también verso, magia, música, canción, imagen cuando se deconstruye a través del prisma sublime del arte para fermentar en las almas sensibles. Y es ahí donde adquiere su verdadero y más exquisito poder. Y algunos de esos seres hemos adquirido cierta adicción a este espacio, bajo los auspicios del Centro Cultural Dulce María Loynaz y la conducción de Charly Salgado y  Giselle Lucía Navarro, anfitriones que nos conducen hacia un mundo de luz donde la palabra es la protagonista de los versos de Roly Ávalos Díaz (RolleX), poeta, editor, corrector del periódico Trabajadores, narrador, integrante del grupo Aladécima,quien comparte poemas de sus libros Mundo Pañuelo, Boca de lobo y El mar, el bar de un par. A través de su carisma y su talento innato para la rima nos habla del neorepentismo, término acuñado por Alexis Díaz Pimienta para referirse a un género poético que pretende reinterpretar la décima y expandirla hacia  sonoridades urbanas inverosímiles como el hip hop o la percusión para alcanzar un público más joven y heterogéneo. La palabra, inagotable, tremola desde los versos de Boris Montalvo Rencurell y la propia Giselle Lucia Navarro y se convierte en música, acompañada por los acordes de la guitarra de Charly Salgado y Silvio Alejandro Rodríguez, quienes se sumaron a la magia. Se vuelve inspiración, surrealismo, imagen onírica, ilustración,forma espiritual, transparencia sutil, en el soporte de la tela de Dayron Gallardo donde devuelve la poesía que la suscita. Y aún más, nos fecunda a todos, los que volvemos a casa con la poesia a flor de piel, esperando que se repita la magia inigualable que nos reúne en este espacio.

domingo, 16 de junio de 2019

Tertulia Da igual

Ayer asistí a la tertulia Da igual que conduce el poeta Edel Morales y tuve el placer de compartir una tarde exquisita de poemas y canciones con la presencia de artistas maravillosos como Heidi Igualada, poeta y trovadora que nos deleitó con sus canciones y Charly Salgado, también trovador quien tuvo la gentileza de invitarme y que se ha convertido de pronto en uno de esos amigos entrañables que uno ama a primera vista porque están en sintonía con tu alma.
Tuve el placer de reencontrar a otra amiga muy querida, a la joven poetisa Gisselle Lucía Navarro y de conocer a Edel Morales quienes impregnaron la tarde con la magia de sus versos.
Sentí un fuerte sentimiento de empatía hacia todos esos seres unidos por cosas tan maravillosas como el arte de la palabra, cantada o escrita, una sensación de bienestar infinito como si este lugar fuera al fin dónde pertenezco. Y algo más, una sutil sensación en el ambiente, una armonía total, un no sé qué en el aire, en la luz, en la frescura de ese porche  como si Dulce María Loynaz estuviera de plácemes de acogernos en la que fue su casa y los fantasmas tuterales de los  poetas de antaño que coincidieron en otro tiempo en este mismo lugar para leer tambien versos en la tarde nos rodearan con su luz y nos fundiéramos todos en un abrazo sin tiempo  presidido por el espiritu del arte



jueves, 29 de agosto de 2013

“LAS COLAS”


Mucha gente en Cuba, dice que las guaguas son como las películas del Sábado, que contienen sexo, violencia y lenguaje de adultos. Supongo que esto no es más que un ejemplo de lo acertado de aquello que todos damos en llamar sabiduría popular,  algo vivo que se transmite  de boca en boca, y forma parte de nuestros dicharachos, frases ingeniosas, y salidas de humor propias de nuestra idiosincrasia jaranera, que poseemos para burlarnos de todo y de nosotros mismos. Y por aquello de “jodidos pero contentos”, nos ayuda a paliar todas las dificultades por las que hace tantísimo tiempo atravesamos todos los que vivimos aquí, en esta isla tan nuestra y hermosa, llena más de calor humano que climatológico.

Supongo que también se podría aplicar este razonamiento a las colas, que son mucho más interesantes que las guaguas. La cola en Cuba se ha convertido en una entidad fundamental para la vida, cuyos valores se ignoran.
Una cola es profunda y rotundamente filosófica, es un sondeo de opinión, una institución con un gran  impacto social, un ente con vida propia y todo esto lo descubrimos si reflexionamos concienzudamente acerca de ellas.
Sí, querido lector, no se me asombre, no quiero ver en su rostro una mueca de escepticismo, o de pura incredulidad, no, no me burlo. Solo pretendo darle a las colas su justo valor. Y me erijo en defensa de las colas que tan injustamente han sido tratadas por todos nosotros, calificadas de infernales, de engendro diabólico, de mecanismo maquiavélico, de invento subdesarrollado y tercermundista, a las que todos dedicamos las palabras más “cariñosas” de nuestro repertorio grosero de habaneros mal hablaos.
Y ahí ellas permanecen, cotidianas y humildes, en todas partes, en la bodega, la carnicería, en el estanquillo para comprar el periódico, en el banco, el Ten cent de Monte o el de Obispo, o incluso en las tiendas en divisas, cuando se pierden cosas de primera necesidad, y al final nadie que viva en Cuba se libra de ellas .

Nada en este mundo es tan hermoso, didáctico y entretenido que una cola cubana, por más que nos quejemos, hay quienes incluso hemos desarrollado un amor desmesurado por las ellas, similar al síndrome de Munchansen o de Estocolmo, donde no faltan ciertas dosis de locura, algunos elementos sadomasoquistas, necesidad de realizar trámites, recargar los celulares, pagar la factura telefónica, sacar los mandados antes de que se venzan o coger el pollo por pescado.
Sino que les pregunten a los jubilados, que han convertido las colas en el deporte nacional de la tercera edad, más allá de la pelota.

La cola cubana, señores tiene ritmo y sabrosura porque el cubano es un ser especial, una cola tiene sabor local, contiene lenguaje coloquial, vulgar y soez. Y dependiendo de las condiciones atmosféricas, y lo caldeado del ambiente circundante, incluso francamente grosero.  Pero incluso esto tiene sus beneficios, la cola libera tensiones, sí, nosotros los cubanos, no tenemos como los japoneses lugares donde ir a romper vidrios, pero nada desestresa más al cubano normal que echar una buena cojonera en una cola.

La cola tiene un valor social, una cola es imprescindible para socializar, las personas interactúan, se solidarizan, se hacen amistades nuevas y se reencuentran viejas. 

Nada une más a las personas que la experiencia irrepetible de pasar cuatro horas juntas en una cola.
Oye, yo creo que te conozco. Si, hace rato que te estaba mirando, y tu cara también me es familiar. ¿Tú no vives en la Habana Vieja?
Y así te encuentras con la amiga de la secundaria que hacía más de diez años que no veías, sin necesidad de tecnología, ni gasto monetario de alguna clase, mejor que las redes sociales y el Facebook. ¿Verdad?

Una cola es informativa, es el boletín de noticias más reciente de radiobemba nacional, se cuentan todo tipo de cosas, desde hechos de sangre, crímenes pasionales, y chismes de vecindad (no importa si los de la cola no conocen a los vecinos aludidos). La cola es informativa, más que la mesa redonda, se habla acerca de trámites, de la embajada española, de los pasaportes, de la visa por cinco años que está otorgando la oficina de intereses de los estados unidos, de la distribución de productos alimenticios por la libreta. del surtido de las tiendas en divisas, de la segunda vuelta de las íntimas, de lo que sacaron en la cuevita.

Una cola es chistosa, variada y polifacética, la cola es tremendamente instructiva, la cola imparte sabiduría, en ella se comparten remedios de medicina popular, recetas de cocina, (yo aprendí hoy como hacer torrejas, como envolver tamales, algunos trucos para cocinar el arroz vietnamita y múltiples recetas dignas de figurar en el libro El folclor médico de Cuba de Seoane, desde la hoja de tuna para los espolones, el agua de berenjena para bajar de peso, el remedio del almácigo para los bebés que lloran mucho y se les botan los ombligos para afuera. Puede convertirse incluso una guía para la automedicación para los atrevidos que gusten de ella.

Una cola es una tertulia en la que se debaten todo tipos de temáticas de actualidad, se comparten opiniones, se discute acerca de asuntos que están afectando a la sociedad actual, temas de gran profundidad como el racismo, la homofobia y la metro sexualidad. Es mucho más efectiva que cualquier asamblea de rendición de cuentas y mucho más dinámica.

Es el único lugar donde convergen personas de todas las edades cuya reunión sería imposible en otras circunstancias.

También la cola contiene elementos religiosos, se debate acerca de todas las creencias arraigadas en la cubanía, desde los cristianos, los testigos de jehová, los católicos y la más generalizada de los yorubas y espiritistas. Incluso, con buena suerte, dependiendo del largo de la cola, se dan consejos especializados, acerca de cómo lograr buena fortuna, sosegar a los eggun familiares y abrirse los caminos, y lo mejor es que es completamente gratis.

La cola trasmite valores éticos y morales, en ella se solidariza, se realizan actos de caballerosidad, se deja pasar a la embarazada, (en eso la cola le ganó a las guaguas) a la mujer que lleva un niño de brazos, a la que parece tener problemas mentales, te regalan una jaba si te rompe la tuya y se te está botando el arroz. 

Incluso puede tener valor económico, pues hay a quien se le paga para que haga la cola y quien se aprovecha de la cola para obtener beneficios por tanto es hasta rentable, se vende maní, pastelitos de guayaba, caramelos, agua, ect.

Una cola bajo el sol, la lluvia, en el calor de Agosto une al pueblo de una manera que nadie es capaz de imaginar, desarrolla sentido de la justicia, cuando todos se unen en contra del custodio del Sepsa que deja pasar a sus amistades, se hacen denuncias, en aras del bien común. 

Mira a ver que esa se coló, si no sale la cojo por los pelos, y la arrastro por todo Águila como una colcha de trapear.

Una cola es emotiva, vibrante, emocional, una cola es algo vivo y racional, una expresión inequívoca del folclor cubano, es un sitio de convergencia, de afluencia de público, una cola es cubanía.

Una cola es poesía popular, urbana, pone de manifiesto nuestra educación, nuestros valores, nuestra idiosincrasia, es justicia, cultura, cortesía, humor cubano, nuestra esencia más intrínseca.

Y yo que tengo alma de poeta y que creo que hay poesía en las cosas comunes, y no hay que ser un genio para verla, creo que la colas tienen la fascinación mágica de cuando se reunían nuestros ancestros a contar historias alrededor del fuego, la cola es esa antigua magia extrapolada a nuestra realidad ordinaria y moderna.

La cola es patrimonio inmaterial de Cuba, oralidad, madre nutricia que nos acoge en su seno, poesía efímera y verdadera.

#RossanaOlivaReinés 
#rossanaolivareinés 
#rossanaoliva 


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viernes, 16 de agosto de 2013

EL DISCURSO EN MI OBRA DE ARTE:



Estando en clases con mi profesor de escultura, preparando una futura exposición de mis obras, aunque aún no tengo suficientes piezas con calidad de galería para poder hacer una exposición personal, siempre tengo largas polémicas con él, acerca del elemento discursivo en las obras de arte. Y me doy cuenta que los artistas están más preocupados por respaldar sus obras con algo profundamente trascendental y filosófico que por la obra en sí misma  y yo, que no soy tan dada a los desvaríos existencialistas, aunque filosofo muchas veces, no creo que la filosofía deba estar presente en todas las cosas de la vida, sino hubiera filosofía en todos los actos cotidianos desde lavar los platos hasta bañarse, filosofía del plato de comida, filosofía del sexo, filosofía del sueño y filosofía hasta del aire que respiras. 

No es que tenga nada en contra de la filosofía, muy por el contrario, la encuentro extremadamente interesante, pero siempre complicada, y no al alcance de las personas comunes, por lo intrincado de los razonamientos y la capacidad intelectual necesaria para emprender estos estudios tan profundos que son solo patrimonio de una élite, de algunos sabios privilegiados, en realidad muy pocos, contrastando con los infinitud de seres normales que a los que atormentan cosas más ordinarias y menos trascendentales.

Mi profesor se asombra cuando le digo que no quiero que mi obra tenga discurso, que dejaría en blanco los catálogos y les daría un bolígrafo a cada uno de los que visitaran mi exposición para que ellos mismos escribieran al dorso el discurso que encuentren en mi obra. Eso me complacería más que la crítica esmerada de un periódico hablando sobre el virtuosismo de mi obra. .

Me mira, con la misma sorpresa con que miraría un gourmet a alguien que, porque lo encuentra algo desabrido e insípido, echara azúcar prieta en una copa de vino refinado y más exquisito,  estropeándole el delicado bouquet. Pero la suerte es que sabe que no soy tan ignorante.

Y yo le digo que no quiero que mi obra tenga discurso, quiero que no pretenda decir nada más que lo que dice, yo no me preocupo del discurso, de hecho, no lo busco, yo me preocupo de la forma, la proporción, los símbolos, la belleza, el virtuosismo, la excelencia, me preocupo de la emoción y con algo de suerte, si mi obra tiene suficiente fuerza, hablará por sí misma.


miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Tengo talento para escribir?


He estado leyendo a través de la red diversos textos, recopilando información acerca de la escritura con pretensiones de investigar acerca de las técnicas de narración, pues me ha dado la locura de intentar escribir una novela y en mis más o menos extensas búsquedas he visto que muchas personas que desean escribir se preocupan respecto a una determinada cuestión:

                                                        ¿Tengo talento para escribir?



Esa duda tan recurrente en la mente nosotros, los escritores incipientes surge del hecho de que muchas personas tienen un concepto erróneo acerca de lo que es el talento. Confunden tener talento con ser superdotado. Se creen que tener talento significa nacer con la capacidad innata de sentarse delante de un ordenador o de una hoja de papel en blanco y escribir de un tirón un best seller, que los convertirá en millonarios de un día para otro, con el mismo virtuosismo que Gabriel García Márquez. Y como no son capaces se desaniman. Pues para que sepan que ni Gabriel García Márquez era capaz de eso: Dijo una vez que un escritor no se mide por lo que escribe, sino por lo que rompe.
Por eso, a ver si consigo infundirles ánimos y aclararles las ideas, quiero compartir con ustedes lo que creo del talento:

El talento  es algo muy común, hay tanta gente con talento en el mundo como arena en el mar, el talento está sobrevalorado, no lo es todo, en realidad solo representa una base sobre la cual trabajar, un mínimo de habilidad para lograr ciertas cosas. Si eso los consuela les digo que casi todos tenemos talento, porque no tener ningún talento significa no poder escribir nada de nada, ser alguien totalmente negado para escribir.
Pero cuando poseemos esa base, esa habilidad mínima necesaria a toda arte, porque la literatura es un arte, no un oficio, los oficios se aprenden de una manera mecánica, pero las artes son distintas, solo aquellos con cierta aptitud innata podemos aprender a escribir aceptablemente.

jueves, 11 de abril de 2013

¿Qué es la cubanía?


La cubanía es sencillamente  la cualidad de ser cubano, pero es algo más que un simple concepto, la cubanía es algo inmaterial e intangible, es una impresión esquiva que no se deja atrapar fácilmente por las palabras, que no se puede sintetizar  ni resumir en una frase o en un párrafo. Se pueden dedicar muchos pliegos de papel e incluso escribir todo un libro acerca de lo que es la cubanía, y aún no estaría incluido en el, todo lo que este concepto abarca, la esencia misma de todo lo que es cuba, y su gente.

La cubanía es algo espiritual, es una concepción subjetiva y condicionada al hecho de nacer en esta bella isla del Caribe, con una cultura alegre de música y ron. Es crecer al ritmo del danzón,  la rumba, la salsa, el guaguancó, la guaracha y el son.  La cubanía es amar esta isla inundada de sol, perfumada de salitre, de playas interminables de finísima arena, rodeadas de mar azul. La cubanía es vivir en esta isla coloreada de verde, de inmensos cañaverales mecidos por el viento, de altivas  palmas reales, de delicadas mariposas blancas, de campos sembrados de tabaco y de montañas donde crece el café.

miércoles, 3 de abril de 2013

La mirada ajena 5ta parte


Antes de sucumbir al influjo maligno de la mirada ajena, en los momentos de mi niñez cuando no sabía que era totalmente libre para ser desenvolver mi verdadero yo, yo era una niña que contemplaba las estrellas, que recogía flores silvestres y luciérnagas, que amaba la lluvia y los cachorros perdidos.
Y tal vez no comprendí entonces que desde ya era poeta, o aquel temprano interés por los designios de los dioses escritos en las estrellas fue lo me hizo estudiar astrología.
También gustaba de amasar la tierra húmeda con las manos, y jugar con la cera que se desprendía de las velas, tan caliente que me quemaba los dedos. Y hacer arder cosas y comtemplar el fuego. (El fuego siempre tuvo una fascinación ancestral en todos los seres y es muy hermoso, es raro que haya quien no guste de contemplarlo.)
¡Y cómo me regañaban por hacerlo!

martes, 2 de abril de 2013

Las letras y yo







                                                                    El viaje más largo es el que se hace hacia el interior  de uno mismo.”
Hammarskjold



Cuando vuelvo mis ojos hacia atrás, hacia el tiempo ya ido y hurgo en mi interior, como un dedo en la llaga, profundamente en la memoria, suelo recordar muchísimas cosas pasadas. Y los recuerdos más vívidos suelen ser los de la infancia, y en eso están de acuerdo hasta los psicólogos.
Por eso son los más claros de todos cuantos atesoramos. Aunque muchos suelen estar distorcionados por nuestra manera diferente de ver el mundo cuando somos niños, porque luego que somos adultos perdemos la magia y toda capacidad de asombro.

¿Porqué escribo?




Podría decirse  que escribo porque existo, porque vivo, palpito, suspiro, sufro, amo. Pero esas razones no me parecen suficientes. Hay un universo inmenso repleto de gente que también existe, cada uno de ellos con sus alegrías y tristezas, con sus problemas personales, con diferentes razones de ser. Una pequeña parte de esos individuos que coexisten en ese universo también escribe, unos mejor que los otros, algunos más conscientes, más magistrales, otros anónimos, ocultos, algunos ni siquiera tienen la medida de sus talentos, muchos de ellos creen no valer nada, otros se avergüenzan de ser, no se atreven a ser. También esos seres que escriben tienen diferentes razones para hacerlo, algunos buscan fama, reconocimiento, status, dinero, pero solo aquellos, oscuros o reconocidos, que escriben desde el alma tendrán la capacidad de comprenderme. 

lunes, 1 de abril de 2013

“La mirada ajena”



A veces no entiendo por qué los seres humanos siendo tan maravillosos y especiales, tenemos la tendencia a menospreciarnos de una manera tan atroz.
Y me pregunto: ¿Por qué con tanta frecuencia renunciamos a nuestros sueños y no dejamos aplastar por la vida?
¿Por qué tendemos a ser tan marcadamente auto destructivos?
¿Por qué no tenemos fe en nosotros mismos cuando todos, absolutamente todos tenemos el potencial necesario para lograr cualquier cosa razonable que nos propongamos con la única condición de que no nos rindamos?