He estado leyendo a través de la red diversos textos,
recopilando información acerca de la escritura con pretensiones de investigar
acerca de las técnicas de narración, pues me ha dado la locura de intentar
escribir una novela y en mis más o menos extensas búsquedas he visto que muchas
personas que desean escribir se preocupan respecto a una determinada cuestión:
¿Tengo talento para escribir?
Esa duda tan recurrente en la mente nosotros, los escritores
incipientes surge del hecho de que muchas personas tienen un concepto erróneo
acerca de lo que es el talento. Confunden tener talento con ser superdotado. Se
creen que tener talento significa nacer con la capacidad innata de sentarse
delante de un ordenador o de una hoja de papel en blanco y escribir de un tirón
un best seller, que los convertirá en millonarios de un día para otro, con el
mismo virtuosismo que Gabriel García Márquez. Y como no son capaces se
desaniman. Pues para que sepan que ni Gabriel García Márquez era capaz de eso:
Dijo una vez que un escritor no se mide por lo que escribe, sino por lo que
rompe.
Por eso, a ver si consigo infundirles ánimos y aclararles
las ideas, quiero compartir con ustedes lo que creo del talento:
El talento es algo
muy común, hay tanta gente con talento en el mundo como arena en el mar, el
talento está sobrevalorado, no lo es todo, en realidad solo representa una base
sobre la cual trabajar, un mínimo de habilidad para lograr ciertas cosas. Si
eso los consuela les digo que casi todos tenemos talento, porque no tener
ningún talento significa no poder escribir nada de nada, ser alguien totalmente
negado para escribir.
Pero cuando poseemos esa base, esa habilidad mínima
necesaria a toda arte, porque la literatura es un arte, no un oficio, los
oficios se aprenden de una manera mecánica, pero las artes son distintas, solo
aquellos con cierta aptitud innata podemos aprender a escribir aceptablemente.