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Antes que nada me gustaría esclarecer que el autor de dicho
artículo no solo es una persona falta de ética, al atacar sin motivo aparente
la imagen de un artista que es sagrada, sino que debería ser juzgado como un
vulgar delincuente, ya que la difamación es un acto punitivo, previsto en el
código penal de la constitución cubana.
Realmente me gustaría saber quién es el autor de este
artículo y me rehúso a creer que algún periodista o bloguero cubano sea capaz
de semejante monstruosidad. El estilo de este escrito es típico de la prensa
amarillista, cosa que nunca se ha estilado en Cuba, la prensa cubana es
diferente a eso. Un periodista que se respete, sujeto por conceptos éticos y
morales, defiende sus opiniones y las firma, porque lo contrario sería un acto
de total cobardía. Toda persona que escribe lo hace para defender sus opiniones
y para eso hace falta tener criterio y los pantalones bien puestos.
Para mí este escrito es totalmente falso, no hay ninguna
evidencia de que nada de eso sea cierto, ninguna foto, no hay respaldo alguno para
palabras tan venenosas y mal intencionadas. Destila envidia y resentimiento al
pretender destruir a un artista de la talla de Descemer Bueno, y al acusar a su
música con ánimo despectivo como “permeada de influencias foráneas” revela un total
desconocimiento de las tendencias actuales de la música, que se caracterizan
por la fusión, en la que participan todo tipo de géneros, cubanos y extranjeros. La
obra de Descemer Bueno, es principalmente cubana y de fusión latina, ha fusionado
todo tipo de ritmos diversos, entre ellos, cubanos como el chachachá, el
bolero, la timba y el changüí, ritmos caribeños como el reggae, calipso o
regguetón, rap y de cumbia colombiana, en una experimentación creativa que
conlleva a la búsqueda de su identidad y estilo propio. Es un artista que posee
una versatilidad cameleónica y un enorme virtuosismo y es capaz de hacer
cualquier cosa que se proponga.
Y es el colmo que encima pretenda insinuar que su música no
es buena. Eso no es objetivo, para cualquiera que escriba por más que haya
aspectos negativos en una persona que se pretenda criticar, no se le pueden
quitar los méritos que tenga, porque resta credibilidad al artículo.
Descemer Bueno ha sido galardonado con numerosos premios de
gran prestigio internacional, entre ellos el premio Goya por la banda sonora
del filme Havana Blues y un Grammy latino a la mejor canción del año, por
“Cuando me enamoro” defendida por Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias; ha cosechado
éxitos en toda clase de escenarios, cubanos e internacionales, ha compuesto
música para grandes artistas como Juan Luis Querra, Enrigue Iglesias, Thalía,
Luz Casal, Wisin y Yandel, entre otros y ha colaborado en diversos proyectos
con innumerables músicos, lo mismo cubanos que extranjeros, Y he aquí que este escritorcillo
de pacotilla, que se esconde detrás de la cómoda máscara del anonimato, como la
gatica de María Ramos que tira la piedra y esconde la mano, que de seguro no es
ni la chancleta de Descemer Bueno, pretende despojarlo de algo que se ha ganado
a pulso, el respeto de su pueblo. Pero nada de esto podrá hacer mella en el, este
escrito de poca monta ha resultado tan inútil como querer tirar piedras a las
estrellas, porque como dice el dicho “Maldición del burro no llega al cielo”
Pero además de eso, me atrevo a juzgarlo en el plano
personal, partiendo de la imagen que
proyecta Descemer Bueno, a través de sus conciertos, vídeos clips y entrevistas.
No es un artista engreído que nos mira por encima del hombro, creyéndose
superior, me he chocado con tantas personas de esa clase, que sería capaz de reconocerlo
a mil leguas de distancia, solo por la actitud.
Descemer Bueno, derrocha carisma y simpatía, proyecta una
imagen extremadamente sencilla y humilde. No es el típico especulador, que anda
lleno de cadenas de oro y vestido como un payaso, eso cualquier cubano común y
corriente lo vería desde lejos. Descemer Bueno, no es así, me atrevo a
afirmarlo sin temor a equivocarme, porque pienso que un artista genuino está
por encima de todo esto, de las cosas burdas y materiales de la realidad
ordinaria. Lo dice su manera de vestir que es más que sencilla a pesar de que
un artista debe dedicar mucho más esfuerzo a su imagen que una persona normal.
Una persona que se defina a sí misma como un mulato con
sombrero, alguien que se califica como una persona normal, que niega ser un
intelectual, refleja modestia y humildad. Alguien que esté orgulloso de ser
cubano, que se desprende de canciones espectaculares de su autoría solo porque
cuando dialoga con ellas, se le hacen más apropiadas para otras voces, es obvio
que no posee un ego superlativo, que no puede ser esa persona que describen en
ese escrito. La impresión que tengo de él, aunque no he tenido el privilegio de
conocerlo personalmente es que no sería jamás una persona grosera, chusma,
vulgar y chabacana. Descemer Bueno, no es un
mediocre, ni un músico improvisado, estudió guitarra en los
conservatorios Manuel Saumuell y Amadeo Roldán, es compositor, bajista y
cantante, incluso ha sido profesor de música, pero antes que nada yo diría que
es un poeta, nadie que esté habitado por la belleza es capaz de comportarse de
esa manera, hay que entender que un poeta no es una persona normal, un poeta
vive en su mundo interior rico lleno de magia y necesidad de expresión. Descemer
Bueno destila poesía, poesía que se canta, que se oye, que se escribe y que se
vive. Solo desde la sensibilidad es que se puede crear, hay que ser un ser
sensible y sencillo, nadie que domine tan bien el lenguaje como para escribir
letras tan vibrantes y hermosas puede ser un inculto, nadie que lleve dentro
esas melodías tan sublimes puede comportarse de la manera que se describe en el
articulo.
Si fuera cierto, se lo merece, eso y más, pero un artista
genuino no tiene desmesurado interés material, un artista es un inadaptado
social, un artista hace las cosas por amor, generalmente no les importa el
dinero, no significa nada para ellos, se preocupan por cosas divinas y
trascendentales, por la última canción que le está vibrando dentro, por un
estribillo que le resuena en la cabeza. Un artista es un ser atormentado por las
musas, un esclavo de la noche, tiranizado por la luna, un alma plena de pureza,
ternura, sueños, amor y retazos de poesía.
Cuando lo miro, yo solo veo su música, su virtuosismo, su
poesía, Martí decía que cuando miramos al sol, los agradecidos ven la luz y los
desagradecidos solo ven las manchas. Yo veo la luz, yo lo veo brillar en los
escenarios, lo veo volverse un gigante, una estrella de enorme magnitud en el
firmamento musical de Cuba y del mundo. Yo lo veo cantar y regalarnos su arte,
y eso es algo que le tenemos que agradecer.
Y si fuera cierto que un día discutió con alguien, se
comportó mal, habría que perdonarlo, porque un artista está bajo mucho stress y
mucha presión, debido a sus itinerarios, sus horarios, sus compromisos y como
ser humano hay que entender que toda persona tiene sus días malos. Y lo que es verdaderamente desagradable y falta de ética es reseñarlo y peor aún exagerarlo, solo alguien
envidioso y dolido, con un gran afán de destrucción sería capaz de hacerlo.
Otros, en cambio, salimos en su defensa, porque lo queremos,
porque tiene el poder de tocar nuestras almas con su arte, porque nos regala un
poquito de felicidad, un estremecimiento, un sentimiento grato, un momento
mágico, un montón de poesía, un torrente de emoción con sus canciones vibrantes
y hermosas que se sienten muy adentro, por ese simple hecho, lo defendemos a
capa y espada.
Para mí Descemer Bueno, si es bueno, le hace honor a su
apellido, es bueno como artista, como músico, como compositor, como poeta y
finalmente como ser humano. Y pobre del que diga lo contrario.

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