Quantcast

miércoles, 14 de agosto de 2013

¿Tengo talento para escribir?


He estado leyendo a través de la red diversos textos, recopilando información acerca de la escritura con pretensiones de investigar acerca de las técnicas de narración, pues me ha dado la locura de intentar escribir una novela y en mis más o menos extensas búsquedas he visto que muchas personas que desean escribir se preocupan respecto a una determinada cuestión:

                                                        ¿Tengo talento para escribir?



Esa duda tan recurrente en la mente nosotros, los escritores incipientes surge del hecho de que muchas personas tienen un concepto erróneo acerca de lo que es el talento. Confunden tener talento con ser superdotado. Se creen que tener talento significa nacer con la capacidad innata de sentarse delante de un ordenador o de una hoja de papel en blanco y escribir de un tirón un best seller, que los convertirá en millonarios de un día para otro, con el mismo virtuosismo que Gabriel García Márquez. Y como no son capaces se desaniman. Pues para que sepan que ni Gabriel García Márquez era capaz de eso: Dijo una vez que un escritor no se mide por lo que escribe, sino por lo que rompe.
Por eso, a ver si consigo infundirles ánimos y aclararles las ideas, quiero compartir con ustedes lo que creo del talento:

El talento  es algo muy común, hay tanta gente con talento en el mundo como arena en el mar, el talento está sobrevalorado, no lo es todo, en realidad solo representa una base sobre la cual trabajar, un mínimo de habilidad para lograr ciertas cosas. Si eso los consuela les digo que casi todos tenemos talento, porque no tener ningún talento significa no poder escribir nada de nada, ser alguien totalmente negado para escribir.
Pero cuando poseemos esa base, esa habilidad mínima necesaria a toda arte, porque la literatura es un arte, no un oficio, los oficios se aprenden de una manera mecánica, pero las artes son distintas, solo aquellos con cierta aptitud innata podemos aprender a escribir aceptablemente.


Entonces como dice mi profesor de escultura José Miguel D´Toxte, cuando se enfrenta al reto de hacer algo nuevo hay ciertas zonas del cerebro que se desarrollan con el aprendizaje y son esas zonas las que “aprenden” como se hacen las cosas. Y luego del esfuerzo ya nuestro cerebro cuenta con la capacidad de hacer cosas que antes no era capaz.
Por eso es cierto que se aprende a escribir, escribiendo, pero también leyendo, buenos libros por supuesto, cuando uno lee mucho, de cierta manera subconsciente aprende muchas cosas, incluso a tener buena ortografía, aprende hasta las técnicas que se usan para escribir aunque no sepamos ni siquiera como se llaman ni en qué consisten, por eso todo está dentro de nosotros y no lo sabemos. Y hasta desarrollamos cierto gusto literario y sentido de apreciación que nos permite diferenciar la basura de lo que es bueno.
Si tenemos un poco de talento que nos haya llevado por lo menos a escribir un par de cosas de manera aceptable, y hemos leído más libros que los pelos que tenemos en la cabeza, ya debemos tener más o menos lo necesario, o al menos lo mínimo que hace falta, solo tenemos que sacarlo fuera, intentarlo, dejarnos el alma en ello.

Porque lo que hay verdaderamente detrás del éxito, es muchísimo trabajo duro, disciplina férrea, años de estudios, y una fuerte voluntad de perseguir nuestros sueños, de no dejarnos derrotar por la vida y perseverar en caminos que no son dulces ni halagüeños. Como dice el escritor español Ramón Fernández Palmeral cuyo blog he estado leyendo recientemente. “hay que sudarla”, no nos vamos a convertir en escritores exitosos de manera expedita porque pasemos un curso de escritura creativa o un par de talleres literarios.

Y lo que te hace realmente bueno es hacer las cosas por amor, no pensando en el éxito como primera motivación, ni en el dinero, esas son cosas que vienen solas cuando eres bueno en algo, las únicas cosas destinadas a perdurar son las cosas que se hacen con el corazón, por el simple gusto de hacerlas.
Todos quieren lograr algo en la vida, lo necesitamos para sentirnos útiles, realizados.  Y ahora mi pregunta es: ¿Estás dispuesto a hacer lo necesario para alcanzar el éxito? ¿Estás dispuesto al sacrificio y a esforzarte para lograr el virtuosismo?

Hay que amar algo de una manera infinita como para invertir tu vida en ello, y joderse todo lo que sea necesario para llegar a ser bueno realmente. Decía Paulo Cohello que en la vida había que tener sueños muy grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen. Los sueños son de una materia volátil y etérea, no se materializan tan fácilmente, por eso es tarea harto difícil asirlos y obligarlos a permanecer materialmente en el área burda de la realidad objetiva.  No todos podemos cumplir nuestros anhelos, quizás simplemente sea porque el verdadero talento sea conocer cuáles son nuestras limitaciones y escoger el camino correcto en la vida y no empeñarse en empresas inútiles como perseguir molinos de viento, sino comprender desde lo más íntimo de nosotros mismos para qué somos buenos. Es muy difícil saberlo porque toda vida es una búsqueda personal de identidad, y muchos estamos confundidos, pero yo digo que no es tan difícil:  eres lo que amas, lo que te hace feliz, lo que hace perder la noción del tiempo, lo que disfrutas haciendo, lo que hace que no quieras nada más, lo que haces sin pensar en el dinero, solo por puro placer, por amor al arte como se dice.

Si ese es tu caso y te sientes bien cuando escribes ya tienes las primeras cosas necesarias, porque perderás en ello alegremente el tiempo necesario para llegar a ser bueno, no por simple ánimo mercantilista, sino por amor, desde el corazón que es el lugar desde nace todo lo genuino.

Por tanto, si eso es lo que en verdad quieres  ¿Qué estás esperando?

Escribe, escribe, escribe, todos los días, lo que sea, escribe en un blog, lleva un diario personal, piensa por escrito y mejorarás cada día y te sorprenderás gratamente cuando veas que cada vez lo haces mejor. No te desanimes, no asumas una actitud derrotista, aspira a lo que puedes lograr y llegará el día en que tu mismo te sorprenderás y lograrás tus sueños porque el mundo pertenece a los que se atreven, a los que luchan, a los que conquistan, a los que no dejan aplastar, a los que no se dejan amilanar por los que te dicen que no puedes, a los que no se dejan arrebatar los sueños, a los que perseveran en contra todos los obstáculos porque esos son los que triunfan. . 


Imprimir entrada

No hay comentarios :

Publicar un comentario