Día de los reyes
Nunca conocí las tradiciones cubanas del día de los reyes, nací
demasiado tarde para ello, por lo que nunca creí que había que portarse bien
para que me trajeran juguetes, ni en la amenaza de un saco de carbón debajo de
la cama como castigo por ser una niña mala. Por eso no hubo dios que consiguiera meterme
en cintura, por eso fui la niña más traviesa que ojos humanos hayan visto,
tanto que mi abuela solía llamarme cariñosamente “diablo tuntún”.