En el taller literario, de las manos de su autor, Arnaldo Muñoz Viquillón he recibido un ejemplar de la noveleta para niños "De cómo el arpa se enamora del catalejo".
Casi no pude esperar a llegar a casa para comenzar a leerla, movida por la curiosidad, ya que había escuchado que la novela había tenido muy buenas críticas y había sido merecedora del premio Ismaelillo 2012 concedido por la UNEAC.
Además tenía mucho interés en leer alguna obra de Viquillón, ya que cuando conozco alguien que escribe o que realiza alguna manualidad, pinta o hace esculturas, no puedo contener mi curiosidad, al igual que muchas veces a los que nos gusta leer vemos a alguna persona desconocida con un libro en la mano, nos cuesta no preguntarle ¿Qué lees? Y entonces hacemos todo lo posible, sin que se note, para virar el cuello en las posiciones más ridículas e incómodas e intentar ver el título del libro.
Una vez que hube llegado a mi casa, comencé a leerla y no paré hasta el final. Desde las primeras líneas me atrapó, por su amenidad, su sencillez, y lo más me llamó la atención fue la fluidez de la prosa, el vuelo de fantasía del que hacía gala, y sobre todo advertí un enorme caudal de poesía que subyace a lo largo de toda la trama. El lenguaje con que está escrita es muy hermoso, a pesar de usar palabras comunes, adecuadas a la compresión de un niño, hay ciertos giros, sorprendentes e inauditos.