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viernes, 13 de junio de 2014

Serie "La Habana Oculta" de Daína Chaviano

Impresiones de una cubana de la isla sobre tres novelas de la serie "La Habana oculta" de Daína Chaviano. 


La Habana oculta, Daína Chaviano



Hace tres días un amigo que vino de España, me consiguió en formato digital, tres libros de la serie "La Habana oculta" de Daína Chaviano: "Casa de juegos", "El hombre, la hembra y el hambre", y "La isla de los amores infinitos", debido a la vehemencia con que le hablé de su autora, la inolvidable Daína Chaviano, que  él no conocía, (Ahora solo me falta Gata encerrada para completar la serie).

Desde que los tuve en mis manos, no pude evitar ponerme a leer, dos noches después había terminado.  Estas historias me atraparon desde el primer párrafo y no pude desprender los ojos de esos libros, hasta que no terminé el último. Nada podía prepararme contra lo que encontré en ellos, cuyas breves sinopsis había leído ya en el blog de su autora. (Oficial Website de Daína Chaviano)

miércoles, 8 de enero de 2014

Daína Chaviano, un colorido retal de Cuba en lontananza







                          Daína Chaviano, magia y fantasía de las letras cubanas


Tenía doce años, un alma de poeta y la cabeza llena de pájaros, cuando cayó en mis manos una fotonovela titulada “Los mundos que amo”, treinta años después sigue en mi librero, amarillenta y deshojada, pero viva en mi corazón.






Quizás fue porque siempre he creído en los extraterrestres, además de  los fantasmas y espíritus como cualquier buen cubano o porque soy excéntrica y demasiado imaginativa pero confieso que llegué a subir al tejado de mi casa y trazar las líneas en clave morse del mensaje a los extraterrestres que aparecía en las fotos del libro. No sé si en verdad esperé una respuesta, pero recuerdo que cuando era niña viví la fantasía de que era extraterrestre y vendrían a buscarme en
cualquier momento en una nave extra galáctica, nunca supe por qué tenía aquel sentimiento extraño de no pertenencia, quizás era porque debía hallar un lugar propio en este mundo ajeno y extraño donde echar raíces, o porque estaba predestinada a crear yo también mi propio mundo imaginario, no lo sé. Quizás era sólo la manera en que conseguía explicarme cuán diferente era del resto del mundo que me rodeaba.